El periodismo cultural no tiene porque estar unificado en una sola definición, puesto que la definición de cultura es ya de por sí compleja. Para ello se crearon distintas formas o especialidades a la hora de tratar un hecho cultural, basándose ya no sólo en el tratamiento y el estilo de la información cultural, sino en lo que se refiere al contenido. Por ello, como bien dice Eugenio Castelli las tres funciones principales del periodismo cultural serían: informar, formar e entretener, y en base a ello se obtendrán múltiples variantes de periodismo cultural.
Una noticia cultural de entretenimiento puede ser tratada por cualquier periodista que tenga suficiente conocimiento del tema, como para juzgar un producto cultural concreto (Película, libro, obra de teatro) y en el caso de no tener dicho conocimiento la obligación del periodista es siempre buscar información y cubrir las lagunas que tenga para poder juzgar un hecho cultural desde una óptica más enriquecedora, que le permita ser más riguroso en su análisis.
El periodismo cultural puede tener efectivamente distintos públicos y existe en función de una demanda de información determinada, lo que nos remite al fenómeno antropológico, es decir, al estudio de aquello que culturalmente interesa en un momento dado. En ese sentido, un periódico se focaliza en un tipo de información cultural por la que el público pueda sentir curiosidad. El periodismo cultural interesa a quien ya tiene una base en lo referente a un tema cultural, y desea ampliar o contrastar sus conocimientos, así como saciar su sed de conocimiento. Ese conocimiento contribuye a desarrollar la reflexión, puesto que la información cultural puede adquirir diversas formas (reportaje, crónica, periodismo literario) que ahonda y profundiza sobre un hecho cultural concreto. La información cultural puede favorecer la construcción de una sociedad más fuerte intelectualmente para seguir construyendo su propia identidad, y por esto mismo siempre será necesario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario