martes, 15 de enero de 2008

La invención del relato o el síndrome de Scarlett O'Hara

Cuando tus vivencias y sus protagonistas se empiezan a convertir en un recuerdo lejano empiezas a preguntarte el grado de autenticidad de lo recordado. Sin embargo, Gabriel García Márquez ya lo dijo en su día: "La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda", y eso prevalece por encima de cualquier hecho objetivo. Es la llamada "verdad de cada uno", esa que dificilmente es transferible a los demás. El filtro subjetivo vital constituido de emociones, expectativas y valoración de los hechos se nutre cada día, se va transformando y evoluciona según nuestro entorno y como lo percibimos.

Scarlett O'Hara en la película "Lo que el viento se llevó" levantó el puño en alto cuando vió convertida en cenizas tras la guerra la idílica tierra que ella recordaba. Ese mítico puño en alto vendría a ser la impotencia que nos provoca la caída de nuestros mitos, de nuestros relatos personales idealizados y solidamente construidos a través del tiempo. El relato surje entonces como una manera de querer compartir conocimiento y experiencias, en un intento por transcender en la realidad ajena y superar la barrera infranqueable del otro, o bien satisfacer de esta manera nuestro instinto vital de perpetuación o supervivencia, a través de la preservacion de nuestro mundo personal idealizado.
Por lo tanto, no sería descabellado asegurar que nuestro ego y la voluntad de sentirnos menos solos nos impulsa a escribir y a adoptar cualquier forma creativa de expresión para transmitir nuestra visión de la realidad, para denunciar o ensalzar aquello que nuestra sensibilidad es capaz de sustraer o contemplar, dotándolo de autenticidad para nosotros mismos.
Los primeros contadores de historias consiguieron provocar fascinación entre los que supieron y quisieron empaparse de otras vidas. A través de la imaginación eran capaces de transportar a sus oyentes a países lejanos, hacer creer en leyendas y fantasear con hadas, ninfas y duendes. En cada fantasía siempre hubo mucho de moraleja y de realidad para los que supieron ver más allá de lo narrado. Los libros, los teatros y los contadores de historias han sido desde el inicio de los tiempos una escapada mental, convirtiendo la fantasía del relato en un arma por y para la libertad, capaz de romper canones y defender la subjetividad del relato como un derecho inherente al ser humano.
La subjetividad y la fantasía siempre fueron peligrosos y mirados con recelo por la censura y lo politicamente correcto. Pero lo cierto es que más allá de que la fantasía se use de muy diversas formas, ya sea para llenar los bolsillos de algún bienaventurado escritor que supo llegar a los demás a través de sus historias, o para colar verdades personales medio encubiertas entre las páginas de algún libro, nos gusta creer más en el personaje que en la persona. Y esa es la verdadera clave para que siga triunfando esa mentira agri-dulce, siempre más romántica, dramática o verdadera que la propia realidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por escribir tan bien, con tantas cosas dentro de las frases, cosas que son mucho más que palabras bien elegidas, que son sentido y trascendencia, humanidad y cercanía. Sigue escribiendo porque si no lo haces el mundo se pierde algo aunque no lo sepa, porque tu subjetividad se merece la vida palpitante que le concedes en este blog para disfrute y aprendizaje de los que tenemos el privilegio de leerte.

Enhorabuena Scarlett: sabes que nuestros mundos idealizados no mueren nunca porque están en continua resurreción, y pueden ser varapaleados y maltratados, magullados sin compasión, pero resurgen siempre en las personas, basta con tener una mirada fértil para generar una y otra vez nuestras propias mitologías.

Sarah

Anónimo dijo...

Has escrito tu punto de vista con elegancia, pero me parece que no estoy de acuerdo con varias de las opiniones que expones.

Por centrarme solamente en un punto, dices por ejemplo que "Los libros, los teatros y los contadores de historias han sido desde el inicio de los tiempos una escapada mental..."

Mi opinión es que las causas son muy diversificadas, y solamente en algunos casos podría hablarse de "escapada mental", al menos tal como se entiende actualmente esta expresión. Otra causa de la creatividad literaria que apuntas: "sentirse menos solo", a veces será así, pero otras como mucho solamente en una pequeña parte, creo.

El ser humano es muy comunicativo por naturaleza, por instinto. Muchos milenios antes de cualquier tipo de escritura la transmisión oral ya funcionaba tanto para transvasar conocimientos prácticos y teóricos a las siguientes generaciones como para comunicar estos mismos conocimientos (y lo que ahora llamaríamos "noticias de actualidad") a "tribus" geográficamente lejanas.

En el fondo, hay aquí una causa de transmisión cultural por motivos prácticos de supervivencia pura y dura. La selección natural seguramente lo favoreció.

Inicialmente lo que ahora para nosotros es fantasía, mitología, mito, ficción, etc., en un primer momento era entendido como real, y por ello, útil para ser transmitido . Los mitos cosmogónicos, los mitos fundacionales de pueblos y ciudades, las grandes gestas épicas, etc. no siempre es fácil saber cómo llegaron a adoptar la forma en que nos han llegado por escrito ahora. Pasaron de boca en boca por muchas generaciones antes de cristalizarse en una forma escrita, sufriendo modificaciones en cada transvase. En parte son creaciones colectivas a partir de centenares o miles de pequeñas aportaciones individuales, como por ejemplo (en parte) las actuales "leyendas urbanas". Pero una vez surgido un mito o historia concreta, durante muchos siglos fue explicado a los demás como algo real y útil para una comunidad determinada. Solamente fue entendido como "fantasía" y ficción siglos después. Por ejemplo, la mayoría de los antiguos griegos de la Antigüedad ya no creían en su propia mitología, pero sí que lo hacían en épocas arcaicas.

Incluso otras áreas de la creatividad como la poesía, pintura, etc. inicialmente tuvieron un origen también "práctico" (práctico para ellos), conectado a prácticas religiosas y mágicas.

Yo diría que la causa de la creatividad artística y literaria es diferente según cada época histórica.

En los últimos siglos, y sobre todo en la civilización occidental, supongo que causas como "el arte por el arte", ganar dinero, pura diversión, etc. son las mayoritarias, o las que tú misma sugieres en tu artículo, pero esto es solamente una pequeña parte del total.

En fin, tu artículo es muy rico en ideas y hablas también de otros temas distintos (aunque de alguna manera relacionados), pero ahora solamente quería improvisar comentar este aspecto.

Joan (Barcelona)

Anónimo dijo...

Si Joan, entiendo tu punto de vista. Y es verdad que esta tradición oral está ligada a la transmisión del conocimiento. Pero novelar la realidad hace que sea mucho más fàcil recordarla, i lo que atraía a la gente era el tema épico o sobrenatural, además de las diferencias en el estílo y el tema (mester de clerecía o juglaria, por ejemplo). Una de las historias noveladas más famosa es la del cristianismo. En ella hay seguramente parte de realidad, pero todavía mucho más de ficción. A veces la ficción nos puede decir mucho más que la realidad sobre las creencias y supersticiones de un pueblo. Las interpretaciones de la biblia hablan de una manera de entender la realidad por una sociedad, y en ese sentido es una escapada mental, porque preserva unos valores y creencias que se adaptan a los deseos de un más allá después de la muerte, de un cielo y un infierno que den sentido a lo incomprensible, y preserven la confianza y el sentido de la existencia. Las cosas que escapaban a la comprensión se novelaban para darles un sentido.

saludos!

Virginia

Anónimo dijo...

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