Tres mundos interiores unidos por la inteligencia y la curiosidad. Escondidos tras las puertas de una banalidad aparente… Un buen día se topan inesperadamente tres personajes en el rellano de la escalera.
Ese lugar de paso que son los portales podrían simbolizar “la puerta de entrada comun” a mundos escondidos, que para la mayoría de los mortales pasan desapercibidos.
No es casual. Los mundos ocultos acaban por reconocerse entre si. Y las señales sólo son reconocibles para quienes aspiran a algo más que a la supervivencia. Entonces el milagro se produce. Puede ocurrir durante una fugaz conversación en el ascensor, o cuando apenas se acaba de pisar las baldosas frías y recién fregadas del portal.
Hay personas que pasan por nuestra vida y la mejoran. Son encuentros fortuitos, en portales abstractos o reales. Lugares comunes por un instante, que nos dan la oportunidad no solo de revelar quienes somos realmente, sino también, descubrir quienes querríamos ser y a que aspiramos en la vida. Pequeñas historias que se hacen grandes, cuando conseguimos compartirlas con alguien, y sentirnos comprendidos.
Ese lugar de paso que son los portales podrían simbolizar “la puerta de entrada comun” a mundos escondidos, que para la mayoría de los mortales pasan desapercibidos.
No es casual. Los mundos ocultos acaban por reconocerse entre si. Y las señales sólo son reconocibles para quienes aspiran a algo más que a la supervivencia. Entonces el milagro se produce. Puede ocurrir durante una fugaz conversación en el ascensor, o cuando apenas se acaba de pisar las baldosas frías y recién fregadas del portal.
Hay personas que pasan por nuestra vida y la mejoran. Son encuentros fortuitos, en portales abstractos o reales. Lugares comunes por un instante, que nos dan la oportunidad no solo de revelar quienes somos realmente, sino también, descubrir quienes querríamos ser y a que aspiramos en la vida. Pequeñas historias que se hacen grandes, cuando conseguimos compartirlas con alguien, y sentirnos comprendidos.